martes, 25 de octubre de 2011

Melancolía adictiva

Me sorprende ver con que tenacidad rebusco en mi pasado 
con la intención de encontrar respuestas a mi futuro.

lunes, 24 de octubre de 2011

¡Corre ratón, corre!

Por Susana Ramírez 

Andamos por la vida como ratoncitos asustados, cada uno montado en su rueda..corriendo, corriendo, sin saber hacia dónde vamos, porque mientras corremos no pensamos, no pensamos por qué corremos, hemos aprendido a correr por miedo a parar porque nos han dicho que lo importante es que la rueda no debe parar...Si se detiene, se para nuestra seguridad, perdemos nuestra tranquilidad...pero, ¿hacia dónde nos lleva la rueda?...¡La rueda no puede parar! 

20 de octubre de 2011, 9.40 a.m., ¡clic!, salté de mi rueda, la dejé parar..¡Despegamos!, y con este vuelo despegan también mis sueños, pero esta vez vuelo con ellos, esta vez viajamos juntos. En los primeros momentos me acompaña el miedo, la añoranza, la incertidumbre...me hago pequeñita, indefensa, me siento sola, pero sé que estas son las primeras barreras que hay que tumbar, porque después de estas puertas cerradas está Argentina, después está mi sueño, después de todos los miedos...estoy yo...

miércoles, 19 de octubre de 2011

Sobre banqueros y otros emprendedores filántropos


  • Maestro, maestro, ¿qué es una Fundación?
  • Una Fundación, niños, a día de hoy es, cuando un grupo de familias ultra-ricas no pueden ocultar más su sentimiento de culpa, y entonces, tras la máscara del altruismo, decide invertir parte de lo que les sobra en un bien social que ellos deciden.
  • ¿Y eso es bueno maestro?
  • Es lo mejor que les pasará a los pobres y analfabetos cuando el Estado desaparezca.

     Para saber más sobre la desfachatez moral de los mega-ricos y de su generosidad, ver las declaraciones sobre las Fundaciones de Carmen Reviriego (Wealth Advisori Service) minuto 9'40'' del siguiente video de Informe Semanal:    
    http://www.rtve.es/alacarta/videos/informe-semanal/informe-semanal-24-09-11/1206235/

Mi generación


Estábamos mi perro y yo atravesando olivos abandonados en la costa ligure cuando nos asustaron los ladridos de otro perro. Nos acercamos con prudencia a la valla de donde provenían, parecía algo vieja y no estaba seguro de que ese perro estuviera encerrado. Al acercarme más lo vimos allí: un perro de mediana estatura, negro, aún joven, en su jaula de 2 metro cuadrados, ladrando desesperadamente. Giraba sobre si mismo pegado a la valla, una y otra vez, desquiciado. No podía hacer nada más. Giraba como si intentase darle la vuelta a la situación, estar de nuestro lado. Parecía que quería quemar su impotencia de ese modo. Alrededor ni rastro de dueño o casa. Estaba allí solo, cumpliendo su función. Me di cuenta de que no nos ladraba ni siquiera a nosotros; ladraba su situación, ladraba la injusticia de estar allí encerrado y lleno de energía, consumiéndose entre ladridos y los miedos de ruidos ajenos que pasaban cerca de él. Ladró durante mucho rato, mucho más del que estuvimos frente a él. Luego dejó de girar sobre si mismo y de repente se calló. Entonces pensé que ese perro podría representar perfectamente a mi generación. 



¡LADRA!

Hacen falta más ladridos, porque evidentemente están entrando en nuestra casa.
Hay que ladrar como perros rabiosos, porque nos han robado la comida y pretenden que nos conformemos con galletas secas compradas en supermercados baratos.
¡Hay que ladrar, coño!
Es el momento de enseñar los dientes, para que no se nos meen en la cara y además sonrían cínicamente diciendo que es por nuestro bien.
Somos perros bastardos, la raza de las mil leches que esta aquí, ¿qué podemos hacer?
¡Inventemos nuestro propio futuro!
No tenemos un nombre porque somos demasiados, pero queramos o no, ellos ya nos han etiquetado:  
Somos mercancía, somos el excedente de la cultura moderna, de la producción en cadena.

Hay que ladrar, PERO SIN MORDER, no permitamos que nos conviertan nunca más en el enemigo que necesitan.
No somos perros salvajes.
Nosotros sólo somos perritos buenos y educados que no quieren llevar bozal y que no quieren contentarse más con golosinas, perritos que han aprendido a LADRAR.

¡Hay que ladrar para que nos vean y nos escuchen, ladrar para recordarles que estamos aquí y que también queremos participar de nuestro tiempo!

sábado, 15 de octubre de 2011

"Ser de derechas es anacrónico y antihumano" Entrevista a Evaristo Villar, un cura "diferente".


Evaristo Villar es un cura "diferente", crítico y comprometido. Perteneciente a la orden de los claretianos, portavoz de RedesCristianas, encabezó la manifestación «De mis impuestos al Papa cero-Estado laico» celebrada durante la JMJ en Madrid. Estudió dos carreras universitarias de teología: teología bíblica y ciencias de la religión en Lobaina. Se considera hijo del Concilio Vaticano II, al que define para su generación como:"un chorro de aire limpio que nos influyó, aunque ahora se ha vuelto al restauracionismo y la involución con los papados de Juan Pablo II y Benedicto XVIII". 

Alberto: Los curas críticos, ¿sois una minoría?

Evaristo: Sí, muy pocos, pero en España el CVII (Concilio Vaticano II) tuvo una gran acogida, fue una renovación enorme, aunque ahora se ha vuelto al restauracionismo y la involución. Muchas Iglesias se limpiaron de barroquismo y de los montones de Santos que tenían, se puso el altar de cara al pueblo, se hizo la misa en la lengua vernácula...

A. ¿Todos esos cambios fueron fruto del CVII? ¿No llegaron hasta de los '60?

E. Claro, claro a partir de los '60. En España muchos estábamos luchando por el cambio, y luego también tuvimos mucha suerte, por ejempo con Tarancón, un Obispo Conciliar y presidente durante muchos años de la CEE (Conferencia Episcopal Española) que amparó una renovación en España. De hecho el nuestro fue uno de los países donde más visibilidad se dio a la renovación del CVII.

A. España siempre ha sido un país de extremos, es un país algo bipolar, y no sé si ese es su error. ¿Este gusto por los extremos es una particularidad de España o de Europa?

E. Cada uno tiene su idiosincrasia y cada país su psicología, pero es verdad que España ha sido una zona donde tampoco se ha amparado la educación del pueblo. Siempre hemos estado bajo la bota de un militar o la presencia de la Iglesia o de la aristocracia, han sido como los tres pesos que se han impuesto en nuestra sociedad, y el pueblo ha vivido ajeno a todo ese poder. No fue así en la Edad Media, donde se habla de que desde el punto de vista cristiano, pasaba un poco lo que pasa ahora con el 15M, donde en las calles y en las plazas se discutía de todo, de temas teológicos, de la predestinación, de si los indios tenían alma o no...

A. ¡Fantástico!

E. ¡Y ahora está sucediendo otra vez, tú vas por las plazas de España y hay gente que está debatiendo!

A. ¿El papa es necesario para el Cristianismo?

E. Estudiando la evolución de la figura del Papa, basándonos en escritos históricos, teológicos, jurídicos que se han ido escribiendo, hemos llegado a las siguientes conclusiones: La figura del Papa ha tenido un momento de cambio radical hacia el s.XI, a raíz de la reforma Gregoriana. Hasta entonces existían diferentes patriarcados como el de Jerusalem, el de Alejandría, el de Roma. Y cada uno de ellos tenían como una representación moral para el resto de diócesis y obispados que estaban en su territorio. Sin embargo, todos reconocían que el patriarcado de Roma tenía una representación moral, que no jurídica, especial. Si en un momento dado, se daba un conflicto entre la Iglesia Oriental y Occidental, o entre un patriarcado y otro, se necesitaba alguien que pudiera ser oído, no para que decidiera, sino para aconsejar. Y esto fue funcionando durante todo el primer milenio, que es lo que se llama la Iglesia de la Comunión: donde lo fundamental era el pueblo y todos los demás eran servidores del pueblo, esta era la doctrina oficial. Pero a partir de la reforma gregoriana, con Gregorio VII, la figura del Obispo de Roma fue creciendo de tal manera que se fue imponiendo sobre todos los demás hasta llegar al s.XVI, con las luchas contra Lutero y en el s.XIX con el Concilio Vaticano I, donde se definió al Papa como infalible. Es todo un proceder para permitir una reconcentración del Poder en la Curia Romana y en una sola persona, que siendo infalible, ya lo tiene todo resuelto. Por ejemplo, en la JMJ sólo se va a oír su voz, todo lo demás es pura orquestación, un evento de ostentación y de triunfalismo, de exibición y teatralidad. Existen cristianos de base (como Redes Cristianas) que somos cristianos críticos y que no estamos de acuerdo. 

A.  ¿Hablar de cristianos de base no implica que existen cristianos de élite?

E. No, más bien hay cristianos que son “teledirigidos”. Como te decía hay cristianos críticos que están en los movimientos sociales. Mira, la Iglesia , como cualquier Institución, tiene un centro y una periferia. El centro es donde se apoya el reforzamiento de toda la institución, y en él se articulan todos los soportes de la Institución, de tal manera que si tu quieres crecer en poder, ahí es donde lo encontrarás, ahí es donde está la sacralidad. Está el poder, y luego está todo este extrarradio, la periferia de la Iglesia, el estar en las fronteras. Y esta gente de las fronteras se ha dado cuenta de que esto de la estructura del poder no coincide necesariamente con el mensaje del evangelio, y en segundo lugar, que la misma Institución, si quiere persistir, tiene que estar en contacto con el ritmo de la sociedad en la que vivimos, con la modernidad, con la nueva ciencia, la nueva tecnología y las nuevas formas de pensar. Y este centro se mira tanto al ombligo que es incapaz de ver la sociedad en la que está: multiétnica, multireligiosa, multicultural, una sociedad diversa. Pero ellos siguen catalogando a la sociedad como si todo el mundo fuera creyente y católico, de hecho, lo único que les preocupa son las cifras. Después de la JMJ lo único que les va a interesar es la cantidad de jóvenes que han asistido, porque ahí reside su fuerza. Pero el resto, los críticos que estamos en la periferia, estamos en contacto con todo ese tipo de sociedad plural, de los movimientos laicos, de los aconfesionales, de ateos, librepensadores, de creyentes que no son católicos, de creyentes católicos críticos. Por eso nosotros estamos en una situación realmente muy difícil e incómoda, ese diálogo con este tipo de sociedad es una de las misiones que tendría que tener la Iglesia en su conjunto, pero el centro no lo apoya porque los ven como unos enemigos. Cuando a nosotros nos ven organizar una manifestación ante la involucración entre la religión y la política, entre el trono y el altar, cuando nos ven defendiendo que el Estado es aconfesional, ellos lo interpretan como un ataque a la propia Iglesia, al Papa y a la Cristiandad. Pero sólo defendemos que los bienes públicos no vayan destinados al beneficio de instituciones particulares.

A. Tengo una tesis un tanto esquemática que me gustaría exponerle; si le quitáramos a la cebolla de la realidad política todas sus capas partidistas: ¿El pensamiento de “derechas” se podría entender como una actitud conservadora frente a la vida; como un miedo al porvenir y por ello un agarrarse al pasado en una especie de regresión permanente? Y en cambio, un pensamiento de izquierdas, ¿se podría definir como una actitud más osada, de apertura a las posibilidades y aceptación de la incertidumbre, entendida como una actitud progresista?

E. Yo creo que estás en lo correcto, por lo menos a mi modo de ver. Ser de derechas es anacrónico y antihumano. El ser humano está dentro de un organismo vivo que es la misma Tierra y el Universo, que está en expansión. La misma Tierra está en una evolución constante, y nosotros que somos como la conciencia, la parte de la Tierra que piensa, que ama, que siente, estamos envueltos en este ritmo de cambio, en ese caminar hacia el futuro. Podemos hacerle muchísimo daño con los agentes contaminantes, el efecto invernadero, pero la Tierra seguirá su proceso porque es un organismo vivo. Entonces, el encerrarse en unas ideas, en unas costumbres, en un momento determinado de la historia y decir que el resto de la evolución humana no tiene sentido, eso no es lógico. ¿Por qué han de tener una preeminencia absoluta las aportaciones de la Edad Media? Sin embargo el s.XX no tiene ningún peso especifico dentro de la doctrina y dentro de la espiritualidad del cristianismo. ¿Por qué? Porque el ampararte en algo ya conocido te da seguridad y eso te da poder, y el que domina el pasado tiene poder. El encararte al futuro implica establecer hipótesis. El futuro es que es como un río, donde el agua se va abriendo camino, siempre, no se puede parar. Es imposible parar el cauce de un río, y aquí es igual, es un contrasentido que la derecha retrógrada quiera volver al pasado como si no hubiera existido la modernidad ni la Ilustración, como si no hubiera ocurrido nada. Eso es lo que están intentando estos señores.



"En mi casa las banderas son al ropa tendía". Roberto Iniesta


María

- Hasta siempre María, hasta siempre!

En la memoria familiar ha quedado que con estas palabras tan desesperadas y románticas fue con las que se despidió el padre de mi abuela.
Ella lo cuenta con la misma naturalidad con la que nos recuerda el nombre de la vecina, la que en su huerto también plantaba tomates, unas acelgas muy hermosas y unas lechugas verdes, muy verdes. Mientras habla viaja al pasado con la mirada perdida. Mi hermana y yo la observamos con cariño, ya está vieja, pero no más que hace diez años. El otro día nos sorprendió a todos cuando le peguntó a mi tía qué haría ella cuando se muriera... es decir... qué haría mi abuela cuando mi tía se muriese. Por lo visto no tiene ninguna intención de morirse y quizás sea así, porque a sus 85 años sigue recordando y contando su vida llevada por esa extraña paradoja de la memoria: regresar a la infancia con más claridad cuanto más envejecida está.
Su padre, minero de profesión, viajó desde Sevilla hasta Madrid antes del alzamiento nacional para asistir a un meeting de izquierdas [me sorprende que mi abuela utilice la palabra “meeting” con la misma facilidad con la que dice (h)jigos o (h)javas]. Un viaje a Madrid que le costó la vida años más tarde. Por fortuna, el camión que les acompañaba a un destino que no estaba escrito, pasó por delante de la puerta de la casa. Mi bisabuelo, consciente de la realidad impuesta y con una resolución que no estoy capacitado para imaginar, quiso despedirse de su María de la única forma que podía, gritando, gritando un “Hasta siempre” que durará para siempre en nuestra memoria.
Lo de decir la j en lugar de la h viene de Extremadura porque, en una de las muchas vueltas que han dado mis familiares en busca de algo mejor, fueron a parar a la Puebla de la Calzada, y allí, aunque sepan cuando se escribe la h muda, se sienten más a gusto pronunciando jambre que no hambre.
Cuando mi abuela se arranca a hablar ininterrumpidamente, mezclando episodios trascendentales para entender nuestros origines con acontecimientos insignificantes de hace sesenta años, siempre le lloran los ojos. Y es verdad que, desde que la operaron y le introdujeron las lentillas dentro de las córneas, ha podido librarse de sus gafas de culo de vaso y de la neblina de las cataratas, pero al parecer sus lagrimales no aceptan al nuevo intruso, y de vez en cuando le van cayendo unos lagrimones enormes, que dan un tono de lo mas emotivo a todo lo que cuenta.
La memoria familiar también cuenta que en una de esas vueltas decidieron probar suerte en Barcelona. Pero si hay que ser honestos lo decidió ella sola. Curiosamente cuando mi abuelo estaba vivo,apenas se la oía, aunque siempre se hacia lo que ella quería. Sin embargo, desde hace ya unos años, mi abuela habla mucho pero pocos le prestamos demasiada atención. Que vendieran los muebles para pagar el taxi hasta la ciudad Condal y que ni ella ni su madre (la María) tuvieran la menor idea de lo lejos que estaba, poco importa para lo que trato de explicar:
En un barrio obrero de la metropolis de Barcelona vivían dos familias; una en el 2° 4° y la otra en el 2° 3°, ambas con másters en “Conflictos socio-culturales de la inmigración española y la crisis de identidad”. En el 2° 4° había una hija mayor que soñaba con montar a caballo y ser bailarina de ballet, mientras que en el 2° 3° había un hijo menor y hermano pequeño que soñaba que soñaba.
Se conocieron, se casaron y fueron felices comiendo perdices (me imagino) en su viaje de novios por media Europa, y luego llegó mi hermana, y tres años mas tarde yo.

Veintisiete años después de este acontecimiento mundial, estoy escribiendo en mi libreta para no olvidarme de las batallitas de mi abuela. Estoy atravesando España en la linea de autobuses Bcn-Valladolid y hace poco nos hemos parado a comer. He bajado del autobus medio encarcarado y me he sentado al lado de un hombre que rondaba los sesenta años y viajaba solo. No parecía tener prisa allá dónde fuera, porque se deleitaba comentando cada noticia en voz alta, mientras se le enfriaba un plato combinado de canalones precocinados con una ensalada y una cerveza. Cuando ha llegado la hora de los deportes no se ha hablado de otro tema que del Barça-Madrid y cuando me ha acosado preguntándome de qué equipo era, ha escrutado mis ojos como si fuese la maquina de la verdad. Le he respondido que no era muy fanático del fútbol, aunque prefería ser del Barça. Inmediatamente después me ha preguntado inquisitivamente si era catalàn. A mi respuesta afirmativa ha sentenciado contrariado que no tenía mucho acento. Entonces, como si tuviese que justificarme de algo, he empezado a explicarle que mi madre nació en Albox, Almerìa, pero que cuando tenía dos añitos emigraron al sur de Francia par trabajar en la viña hasta que ella cumplió 16 años, que mi padre nació en Sevilla, se crió en Extremadura y creció (metafóricamente) en Barcelona, porque mi padre es muy bajito, pero que él tampoco tiene acento andaluz, ni extremeño, ni habla Catalán tampoco. Inmediatamente me ha preguntado si yo lo hablaba. Le he dicho que sí, que en el cole estudiaba básicamente en Catalán y que los dibujos animados siempre los había visto en ese idioma, pero que en casa y con los amigos siempre hablaba castellano. Español querrás decir, ha recriminado. Entonces le he explicado que en Barcelona nunca decimos Español, sino Castellano, evitando echarle el rollo de que dentro del Español también está el Argentino, el Mejicano y el Castellano, por ejemplo. La conversación ha finalizado con la siguiente sentencia:

  • Ya decía yo que no tenías pinta de catalán-catalán.

Entonces, ese estúpido merluzo, carcomido por la falsa seguridad que le proporcionan sus rancios prejuicios, se ha largado inmediatamente y me ha dejado allì: con mi bocata de jamòn amb pà amb tomàquet que me he traído de casa y una profunda crisis de identidad, que también me he traído de casa. Maldita España, qué asco de Catalunya, al final voy a hacer como Saramago, voy a decir que soy de Iberia, total conozco igual de mal a los portugueses que a los murcianos, a los riojanos o a los valencianos, por no hablar de la gente de Canarias, Ceuta o Melilla. Cuando se me pase la rabia inicial quiero entender mejor la situación. Me gustaría aprovechar este encuentro y el sentimiento de confusión que me afecta para sacar algo de provecho. España es un país curioso, tan curioso que no me puedo sentir a gusto pronunciando su nombre, tan curioso que el himno nacional no tiene letra, tan curioso que nación tiene diversos significados dependiendo de donde se pronuncie. ¡Podríamos cambiar el nombre, unamos Portugal y España y pasemos a llamarnos Iberia! Que es más ancestral que la incomprensible necesidad de las banderas. ¿Los íberos? ¿Le habría gustado esa palabra a mi bisabuelo? Quizás en ese meeting de Madrid hablaron precisamente de eso… o quizás… si no hubieran fusilado a mi bisabuelo tan sólo por lo que pensaba no sería necesario cambiarle el nombre a este país, ni tener que dar explicaciones en un bar de carretera por sentirme catalán, ni ver como mi abuela se limpia las lágrimas recordando la voz asustada de su padre despidiéndose desde un camión.

                                                                                                                                                                                                                                                                              Para la Abuela Antonia