jueves, 6 de septiembre de 2012

Excedente

NOSOTROS, jóvenes, preparados, ilusionados, humildes: SOMOS EXCEDENTE DE PRODUCCIÓN.
El sistema no nos quiere, ya no nos necesita, sobramos en masa. De nada ha servido escuchar a nuestros padres, a nuestros profesores, a la tele ni al vecino. Nadie nos espera. Ahora que ya hemos pagado nuestras tasas universitarias, nuestros másters, después de que nuestros padres nos pagasen los cursos de inglés, de mecanografía, se preocuparan también por nuestras clases de natación y de música, nuestras entradas a museos, algún que otro viaje por Europa para conocer mundo y otras culturas, nuestro añito de Erasmus para así ampliar horizontes y volver como nuevos. Ahora, merodeando los 30, resulta que somos EXCEDENTE. El excedente de las horas extras de nuestros padres, para no ser como ellos, para superar así un escalón más en la larga carrera de las clases sociales. EXCEDENTE en la cola del Paro. EXCEDENTE en las aulas, EXCEDENTE en Urgencias, EXCEDENTE de expectativas y de sueños. Ahora, cansados de competir como jabatos, de luchar unos contra otros descarnadamente para ser los mejores, ahora; resulta que sobramos, y que tenemos que contentarnos con el periodo que nos “ha tocado vivir”. Conformarnos con volver a ser pobres para ser de nuevo competitivos, y en breve convertirnos en los productores de Asia. Ahora tenemos que conformarnos con ser uno más en las largas colas de los peajes, detrás de infinitos semáforos que nos obstaculizan la marcha, hacer cola en el médico de cabecera, cola en el supermercado, cola para entrar al párquing de pago, cola en nuestras tiendas Inditex, cola en las duchas de cámpings baratos, cola en el restaurante de moda, y mucha cola y buen aspecto para entrar en la discoteca y pagar nuestro mojito redentor, cola hasta en la playa para remojarse un poco el culo. 
¡Pues no me quiero conformar!
Mientras sigamos buscando en los mismos lugares del mismo modo seguiremos encontrando colas, masas, cosas, seguiremos siendo:
¡¡EXCEDENTE, EXCEDENTE, EXCEDENTE DEL SISTEMA CAPITALISTA!!


martes, 7 de agosto de 2012

Temerio

Agazapado en sí mismo, temeroso de salir. Así de angustiado transcurre sus últimos días Temerio.
Nunca tuvo tiempo para despreocuparse y la vida no pudo salirle jamás de dentro. No se lo permitió, no le enseñaron a ello.
Vivió 93 años, temiendo. La vida, el amor, la aventura...¡qué susto! 
Nunca hablaba de la muerte, jamás la interrogó, ni la besó, nunca se hizo amigo del suicidio; y temiendo el día de tener que hablar con ella, se perdío todas las respuestas.

jueves, 2 de agosto de 2012

El presente


Lo necesario era volver a la niñez. No para realizar un ejercicio de autoanálisis, ni para descubrir algún trauma o momento decisivo en la elaboración de mi identidad. Lo necesario era volver a ser niño. Desaprender el odio como un recurso, desmembrar la nostalgia, vivir en presente, dar el futuro por descontado, dejar de usar los pretéritos, sólo el presente, ni siquiera el subjuntivo: ninguna posibilidad, nada de creencias, ni opiniones, ni deseos, ni anhelos.
La espontaneidad, la risa y la confianza de un niño. El ansia por el descubrimiento, la eterna sorpresa, la incombustible esperanza, con la única certeza de no saber aún demasiado. Enamorado de la vida, a cada instante, en cada instante: pura vida.
Decidido a mantenerme en la incomodidad del presente, por falta de entrenamiento usaré primero el futuro simple, pasando progresivamente por el gerundio, más tarde voy a pensar en un futuro casi inmediato, y casi sin darme cuenta, ya soy...hablo...vivo: el presente.

lunes, 16 de abril de 2012

A trompicones

Me miro al espejo y creo no haber cambiado demasiado en los últimos diez años, aún menos si releeo mis viejos apuntes. Es curioso. Nos movemos de manera fluctuante por el Tiempo, aunque tengamos la sensación que nos desplazamos con él. Hay años que no sirven para mucho e instantes que nos cambian para toda la vida. Vivímos el tiempo a trompicones, movidos por la necesidad más que por la suavidad de las manillas del reloj.