NOSOTROS, jóvenes,
preparados, ilusionados, humildes: SOMOS EXCEDENTE DE PRODUCCIÓN.
El sistema no nos quiere,
ya no nos necesita, sobramos en masa. De nada ha servido escuchar a
nuestros padres, a nuestros profesores, a la tele ni al vecino. Nadie
nos espera. Ahora que ya hemos pagado nuestras tasas universitarias,
nuestros másters, después de que nuestros padres nos pagasen los
cursos de inglés, de mecanografía, se preocuparan también por
nuestras clases de natación y de música, nuestras entradas a
museos, algún que otro viaje por Europa para conocer mundo y otras
culturas, nuestro añito de Erasmus para así ampliar horizontes y
volver como nuevos. Ahora, merodeando los 30, resulta que somos
EXCEDENTE. El excedente de las horas extras de nuestros padres, para
no ser como ellos, para superar así un escalón más en la larga
carrera de las clases sociales. EXCEDENTE en la cola del Paro.
EXCEDENTE en las aulas, EXCEDENTE en Urgencias, EXCEDENTE de
expectativas y de sueños. Ahora, cansados de competir como jabatos,
de luchar unos contra otros descarnadamente para ser los mejores,
ahora; resulta que sobramos, y que tenemos que contentarnos con el
periodo que nos “ha tocado vivir”. Conformarnos con volver a ser
pobres para ser de nuevo competitivos, y en breve convertirnos en los
productores de Asia. Ahora tenemos que conformarnos con ser uno más
en las largas colas de los peajes, detrás de infinitos semáforos
que nos obstaculizan la marcha, hacer cola en el médico de cabecera,
cola en el supermercado, cola para entrar al párquing de pago, cola
en nuestras tiendas Inditex, cola en las duchas de cámpings baratos,
cola en el restaurante de moda, y mucha cola y buen aspecto para
entrar en la discoteca y pagar nuestro mojito redentor, cola hasta en
la playa para remojarse un poco el culo.
¡Pues no me quiero
conformar!
Mientras sigamos buscando
en los mismos lugares del mismo modo seguiremos encontrando colas,
masas, cosas, seguiremos siendo:
¡¡EXCEDENTE, EXCEDENTE,
EXCEDENTE DEL SISTEMA CAPITALISTA!!